Acromegalia

José Ángel Díaz Pérez, Aniceto Luis Charro Salgado, Alejandra Durán Rodríguez-Hervada, P. Martín Rojas-Marcos
Diagnóstico. Clínico: la clínica es insidiosa y el diagnóstico de sospecha clínica se realiza a los 5-10 años del comienzo de la enfermedad, por lo que el diagnóstico precoz continúa siendo un reto.
Los síntomas son secundarios a la secreción aumentada de GH e IGF-I y al efecto "masa" del tumor.

Diagnóstico de imagen: RM de silla turca.

Genético: cuya identificación y comprensión está ayudando en el conocimiento de la etiopatogenia de estos tumores, y que en el futuro puede facilitar diagnósticos precoces y nuevas terapias.
Tratamiento. Cirugía: la primera opción terapéutica en el momento actual por sus escasos efectos secundarios y su alto porcentaje de curaciones.
Médico: el desarrollo de nuevos fármacos en los últimos años, como los análogos de somatostatina de acción prolongada, los nuevos agonistas dopaminérgicos y por último los nuevos agonistas del receptor de GH como el pegvisomat, y comercializado, utilizados solos o combinados son una prometedora terapia futura.
Radioterapia: a pesar de que los nuevos tratamientos médicos son actualmente la segunda opción, la radioterapia continúa utilizándose en pacientes no controlados, con nuevas técnicas radioterápicas más eficaces y con menores efectos secundarios.


A) Radiografía que muestra un gran bocio endotorácico que desplaza la tráquea hacia la derecha. B) Pieza quirúrgica que muestra un bocio con prolongación endotorácica.






